¡FELICES CON DON BOSCO!
“Cultivar el Arte de la Escucha y el Acompañamiento”.
Por: Enrique Castillo, SDB.
El tradicional Campamento Nacional “Felices con Don Bosco”, nació por iniciativa del Padre Aurelio Jiménez, Delegado Inspectorial para la Pastoral Juvenil (1985-1989), y junto a él, un grupo de Salesianos que en ese momento eran los encargados de la animación de la pastoral en las distintas casas Salesianas deRepública Dominicana, Cuba y Puerto Rico.
En el año 1985 se celebró el primer “Felices con Don Bosco” en República Dominicana, en el municipio de Jarabacoa, teniendo como punto de partida y objetivo base la celebración de los (50 años de presencia Salesiana en el país), con el propósito específico de; “Vivir y experimentar la fuerza del Espíritu de las Bienaventuranzas”, de forma unida entre Salesianos y jóvenes. En ese mismo verano en Puerto Rico, municipio de Aibonito, se conmemoró también este primer campamento.
El nombre de “Felices con Don Bosco” se describe de la siguiente manera; “Felices” porque se quería que cada uno de los participantes se llenara del Espíritu de las Bienaventuranzas Evangélicas que proclaman la verdadera felicidad del joven que vive el Espíritu Salesiano. También los Salesianos en ese momento buscaban unirse a la iniciativa del entonces Rector Mayor de la Congregación Salesiana, Don Egidio Viganó, que para ese mismo año (1985) propuso como Aguinaldo: “Escuchemos de nuevo con los jóvenes las Bienaventuranzas del evangelio para suscitar en el mundo una esperanza renovada”. Además, se le llamó “con Don Bosco”, porque en esos 50 años de presencia Salesiana en nuestro país, quedaba manifestada la felicidad que Don Bosco había traído a cuantos se habían acercado a sus ideales de felicidad.
Hoy podemos decir que “Felices con Don Bosco” ha sido una experiencia que año tras año ha dejado huellas y desde sus inicios se ha realizado bajo distintas temáticas, formas y estilos. Que de forma ininterrumpida ha estado marcada por la alegría vivida de miles de jóvenes que en estos años se han contagiado del Espíritu Salesiano y el Sistema Educativo de Don Bosco.
El Campamento Nacional “Felices con Don Bosco” se organiza como una iniciativa para los jóvenes que durante el año han participado activamente en los distintos ambientes de nuestra Pastoral Juvenil Salesiana y que durante los días de verano y/o vacaciones se integran a los programas de formación. Es una experiencia que en la actualidad también se vive en los demás países de nuestra Inspectoría.
Las actividades propias que allí se llevan a cabo, son experiencias de vida compartidas en convivencia con la naturaleza, grupos sociales, culturales, entre otros; organizadas y dirigidas por sus educadores, animadores y/o miembros responsables de equipos, con la finalidad de contribuir a la recreación y desarrollo integral de los actores de esa comunidad, en un clima caracterizado por la alegría de servicio social.
La Propuesta es concebida, como “Diversión con educación”, los espacios para el desarrollo del campamento se seleccionan en coordinación con los distintos responsables de ambientes en que se congregan los jóvenes, presentes en los distintos sectores de la Pastoral Juvenil Salesiana a lo largo y ancho del país.
“CULTIVAR EL ARTE DE LA ESCUCHA Y EL ACOMPAÑAMIENTO” fue el lema que inspirado en el texto del Evangelista San Juan 4; 5-42, sobre el Encuentro de Jesús y la Mujer Samaritana: “Dame de esa Agua” nos acompañó en este año 2018.
La Plaza Educativa Don Bosco, Hainamosa, fue la casa anfitriona que nos recibió con los brazos abiertos desde el jueves 19 hasta el domingo 22 de julio del 2018, donde se dieron cita 293 personas, entre jóvenes, Salesianos y Salesianas, en la celebración del campamento “Felices con Don Bosco” en República Dominicana. Con una alegre y entusiasta bienvenida en la Zona Colonial de Santo Domingo, el jueves 19 nuestros jóvenes pudieron tras la historia descubrir la sed que vale la pena saciar en la vida; tras esta misma historia descubrimos a Jesús como fuente viva que sacia esa sed, sólo en Él se redime esta historia, sólo en Él se recorren en la memoria los manantiales para apagar esa sed que hay en todos. ¡Dame de esa agua! Tras las huellas de nuestra historia.
El viernes 20 tuvimos la oportunidad de compartir con las familias y en especial con los jóvenes del entorno de la Plaza Educativa Don Bosco, en una búsqueda que se hizo encuentro para compartir el Don de Dios. ¡Si Conocieras el Don de Dios! Nuestra vida no es simplemente una serie de circunstancias, una serie de días que van pasando uno detrás de otro, sino que todos los días de nuestra vida son un don de Dios, no sólo para nosotros, sino sobre todo para los demás, para aquellos que viven con nosotros. Un don de Dios que requiere, por parte nuestra, reconocerlo y hacernos conscientes de que efectivamente es un regalo de Dios. Y permitir, como consecuencia, que en nuestro corazón haya un espíritu agradecido por el hecho de ser un don de Dios.
La experiencia más significativa vivida por nuestros jóvenes, Salesianos y Salesianas, se llevó a cabo el sábado 21 cuando fuimos al encuentro con el prójimo y en vista panorámica, a través del Teleférico de Santo Domingo, observamos la realidad que viven nuestros conciudadanos del Barrio Gualey, en las riberas del río Ozama, y desde sus propias entrañas “nacimos” como ¡Verdaderos Adoradores! Para ser un verdadero adorador debemos ser como la Mujer Samaritana, acercarnos a Jesús, conocerlo y adorarlo; para ser verdaderos adoradores debemos proclamar a Jesús salvador y libertador, desde la realidad autentica y concreta que acontece en nuestra propia vida y la vida de nuestros hermanos.
Las diferentes vivencias se configuran y nos mueven hacia el domingo 22 de julio, a ¡Saborear nuestra fe! Cerramos esta experiencia de “Felices Con Don Bosco” escuchando a Dios a través de su palabra, fuente de salvación; alimentándonos con el cuerpo y sangre de Jesucristo y, reforzando nuestra alma con la gracia del Espíritu Santo. La misa nos mueve a vivir con alegría el gozo de saborear la fe, para finalmente, luego del almuerzo y la actividad recreativa acostumbrada que caracteriza nuestro campamento, dirigirnos a nuestros hogares llenos del amor de Dios y deseosos de “Cultivar el arte de la escucha y el acompañamiento”.
Pidámosle al Señor que esta experiencia de “Felices con Don Bosco”, se prolongue en la vida de nuestras comunidades educativo pastorales cultivando en nuestros jóvenes y nosotros mismos el “Arte de la Escucha y el Acompañamiento”.