Dos nuevos pastores salesianos para la Iglesia - el Card. Ángel Fernández Artime y Mons. Giordano Piccinotti

Dos nuevos pastores salesianos para la Iglesia - el Card. Ángel Fernández Artime y Mons. Giordano Piccinotti

(ANS – Roma) – La ordenación episcopal de dos eminentes hijos de Don Bosco, el Cardenal Ángel Fernández Artime, Rector Mayor de la Congregación Salesiana y Arzobispo Titular electo de Ursona, y el Arzobispo Giordano Piccinotti, Arzobispo Titular electo de Gradisca y Presidente de la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica (APSA), ha tenido lugar esta tarde a las 15.30 en la Basílica Papal de Santa María la Mayor.

Su Eminencia, el Cardenal Emil Paul Tscherrig, Nuncio Apostólico Emérito en Italia y en la República de San Marino, confirió las Ordenaciones Episcopales, junto con dos co-consagradores: el Cardenal Cristóbal López Romero, SDB, Arzobispo de Rabat, Marruecos, y Mons. Lucas Van Looy, SDB, Obispo Emérito de Gante, Bélgica.

A la celebración eucarística asistieron numerosos prelados de la Iglesia e importantes personalidades, a los que se unieron las familias de los salesianos recién consagrados, amigos, bienhechores y miembros de la familia salesiana, así como invitados especiales de los gobiernos y de las fuerzas armadas.

En su sencilla e incisiva homilía, el Cardenal Emil Paul Tscherrig, consagrador principal, compartió algunas reflexiones con los futuros obispos, afirmando: “Estamos aquí reunidos para celebrar uno de los mayores milagros de la Iglesia: la sucesión apostólica. Desde los tiempos de los Apóstoles, esta sucesión se transmite por la imposición de las manos y la invocación del Espíritu Santo. La gracia del ministerio episcopal ha pasado siempre de un obispo a otro y esta sucesión ininterrumpida continúa hoy”.

Citando al Papa Francisco, el cardenal Tscherrig dijo: “Convertirse en obispo implica una opción misionera capaz de transformarlo todo”. Subrayó que quienes aceptan el papel de pastores en el rebaño de Cristo deben aprender a ver a las personas con sus ojos, a pensar como Él y a amar como Él. Citando de nuevo al Papa Francisco, dijo: “La vida crece cuando se da, mientras que se debilita en el aislamiento y la comodidad. De hecho, los que más disfrutan de la vida son los que abandonan la seguridad de la orilla y se entusiasman con la misión de comunicar la vida a los demás”. Concluyó diciendo que la herencia del obispo no es el honor ni el poder, sino sólo Dios. Un buen pastor ofrece su vida por el rebaño, siguiendo el ejemplo de Jesucristo, y los obispos recién consagrados están llamados a imitarlo totalmente.

Inmediatamente después de la homilía, comenzó la ceremonia de consagración, en la que se dirigieron a los candidatos; a continuación tuvo lugar la invocación al Espíritu Santo y la solemne intercesión de las Letanías de Todos los Santos, acompañadas por los cantos orantes del coro. Mientras los consagradores realizaban la tradición apostólica de la imposición de manos, se hizo un silencio sagrado entre los muros magníficamente adornados de la Basílica de Santa María la Mayor. Tras ser ungidos y recibir sus respectivas mitras, anillos y báculos, los dos obispos recién consagrados fueron entronizados simbólicamente y recibidos por un estruendoso aplauso. Los fieles, los religiosos, el clero y el coro estallaron en gran júbilo, cantando solemnemente el “Te Deum”. Los dos nuevos obispos procedieron a impartir sus bendiciones apostólicas a todos los presentes.

Después de la Comunión, el Cardenal Ángel Fernández Artime, en representación de los dos Obispos recién consagrados, agradeció de corazón con el entusiasmo del espíritu salesiano. Afirmó la fuerte comunión de los Salesianos con la Iglesia y el Santo Padre, que proviene precisamente de Don Bosco, y con gran humildad y convicción declaró que seguirán sirviendo a la Iglesia, especialmente a los pobres.  La solemne bendición final del Presidente de la Misa concluyó toda la celebración, acompañada por las voces resonantes que entonaban el tradicional himno a Don Bosco “Giù dai Colli!”.

Los sagrados ritos de la Consagración y de la Santa Eucaristía dieron testimonio de la universalidad de la Iglesia católica. Además de los Consejeros Generales, varios Inspectores y Superiores de la Familia Salesiana de todo el mundo, estuvieron presentes en la solemne Misa varios Cardenales, entre ellos:

S.E. Card. Tarcisio Bertone, antiguo Secretario de Estado del Vaticano.

S.E. Card. Claudio Gugerotti, Prefecto del Dicasterio para las Iglesias Orientales.

S.E. Card. Lazarus You Heung-sik, Prefecto del Dicasterio para el Clero.

S.E. Card. Arthur Roche, Prefecto del Dicasterio para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos.

S.E. Card. Domenico Calcagno, Presidente Emérito de la APSA.

S.E. Card. Giuseppe Bertello, Presidente Emérito de la Pontificia Comisión para el Estado y el Governatorato de la Ciudad del Vaticano.

S.E. Card. Cristóbal López Romero, SDB, Arzobispo de Rabat, Marruecos.

S.E. Card. Konrad Krajewski, Limosnero de Su Santidad.

S.E. Card. Daniel Fernando Sturla Berhouet, SDB, Arzobispo de Montevideo, Uruguay.

S.E. Card. Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga, SDB, Arzobispo Emérito de Tegucigalpa.

S.E. Card. Riccardo Ezzati Andrello, SDB, Arzobispo Emérito de Santiago de Chile.

Spread the love
Leave a reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *