Nuestra acción educativa-pastoral es radicalmente vocacional: la dimensión vocacional constituye su principio inspirador y su fin natural. La Pastoral Juvenil y la Animación Vocacional son complementarias y se iluminan mutuamente.
Nuestro Proyecto Educativo Pastoral (PEPS) tiene como centro a la persona y quiere ayudarla a realizar su propio Proyecto de Vida. De ahí que la orientación vocacional es una dimensión siempre presente y esencial en la acción educativa pastoral, de modo que llegue a convertirse en la meta y coronación de nuestro trabajo. La animación vocacional es, además, específica, es decir debe saber presentar toda la riqueza ministerial de la Iglesia, cultivando “la pertenencia y la participación activa en la vida de ella” y ofreciendo un camino de iluminación y crecimiento para vocaciones de especial consagración y compromiso (vocación laical, religiosa, ministerial) . Y debe ser también salesiana en sus múltiples formas de realización: masculina y femenina, consagrada y laical. La comunidad local u Obra es el lugar decisivo para cualquier proyecto serio de animación vocacional. En realidad, es en la Obra Salesiana donde los acompañados se ponen en contacto con nuestra vocación” . No existe animación vocacional suficiente y válida sin la implicación activa de toda la comunidad. La acción mediadora de cada comunidad es sobre todo, testimoniar, llamar y acoger.