El gozo de ser dominicanos

El gozo de ser dominicanos

En ocasión de celebrar el 178 aniversario de nuestra Independencia, inicio estas palabras recordando las palabras del famoso poeta Don Pedro Mir.

Y solo citaré las palabras elegidas para titular su poema emblema: a mis ojos, la mejor descripción de nuestra Patria: “Hay un país en el mundo”.

Este título se refiere a la característica de ser únicos en el mundo y en el contenido del mismo, los grandes favores del cielo para nuestra tierra y para nuestra gente.

Ahora, me toca a mí.
Me siento extremadamente orgullosa de ser dominicana, por tener junto a ustedes mis compatriotas la dicha de haber sido procreados patrióticamente por hombres y mujeres de fe en Dios y de gran valentía para sacarnos de la opresión del yugo haitiano. Recordemos que nuestros vecinos nos ocupaban desde el 1822 y gracias al sueño, esfuerzo conjunto de estos jóvenes lograron su salida el 27 de febrero 1844, fecha sagrada de nuestro calendario nacional.

Cada día que pasa admiro mucho más a esa juventud, patriotas de entonces, quiénes encabezados por Juan Pablo Duarte, un mozalbete de grandes ideales, que luchó sin desmayar hasta hacer realidad el sueño de forjar nuestra nación, valiéndose de agrupar, animar a otros de su misma especie, en una asociación que fue llamada la Trinitaria, inspirada en la Santísima Trinidad, no podía menos que parir una y sublime Patria cuya meta fuese la de glorificar a Dios a quien hicieron socio primero y copartícipe de esta nación consagrada a Él cómo fue llamada: República Dominicana, cuya bandera llevara el lema de su primacía: Dios, Patria y Libertad.

Nuestra tierra bendita de ser cuna de evangelización de América, la cual goza de tener las más bellas primacías, primera Eucaristía, primer bautizado, primera catedral del continente, entre otras.

Nuestro país, aun fiel al Evangelio de respetar la vida desde su gestación hasta su muerte natural, te necesita Padre amado, y desde esta humilde pluma digital, unida espiritualmente a mis connacionales te imploramos que nunca retires tu rostro misericordioso hacia nosotros.

En estos tiempos tan convulsos en que vivimos, te pido, Padre todopoderoso, que sigas liberando, sanando y protegiendo a nuestra Quisqueya, para que pueda ser como lo soñaste, luz de las naciones, tierra de amor y esperanza.

¡Qué viva la República Dominicana!

Por: Por Leonor Maria Asilis Elmudesi

Foto: Carlos Cuevas (Alumnos de la Plaza Educativa Don Bosco)

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