“Alégrense siempre en el Señor” (Flp 4,4) es el título del mensaje del Rector Mayor a los jóvenes con motivo de la fiesta de Don Bosco de este año. Una carta cargada de esperanza en la que Don Ángel Fernández Artime elude hablar de la crisis provocada por la pandemia para centrarse en vivir la alegría evangélica.
El Rector Mayor recuerda, al inicio de su mensaje, que la alegría “es una realidad central en la vida del cristiano” y del salesiano, “algo hermoso de nuestra identidad carismática”. Se trata de una “alegría profunda y auténtica, que dura en el tiempo porque viene de Dios”, aclara Don Ángel.
“Mis queridos jóvenes, nuestro corazón está hecho para la alegría y para vivir con esperanza”, expresa el Rector Mayor, que les recuerda a los jóvenes viven una etapa en la que “es fuerte el deseo de felicidad, de amistad, de Amor”. Una etapa regada por “los dones que nuestro Padre Dios nos brinda”: la alegría de la vida, la salud, la belleza de la naturaleza, el trabajo bien hecho, un clima familiar hermoso, la comprensión, etc.
Don Ángel recuerda que “es bello descubrir en la vida que somos aceptados, acogidos y amados por Dios”. “Y la gran prueba de ese Amor es el encuentro con su Hijo Jesucristo. En él se encuentra la alegría que buscamos”, añade. A continuación, se dirige a los jóvenes de otras creencias para invitarlos a “hacer experiencia personal e íntima, sea cual sea su religión, de que Dios los ama”. “Él es fiel y nunca los abandonará”, sentencia.
El Rector Mayor anima a los jóvenes a escuchar la Palabra de Dios para encontrar “tantas respuestas a lo que llevan en su corazón y en sus pensamientos”. Siguiendo el ejemplo de Don Bosco, los invita a “ser valientes” para no alejarse de Dios, a optar por Él y ser generosos: “Su vida, queridos jóvenes, es preciosa, y sea cual sea la vocación a la que Dios les llame, es una vida que merece la pena vivirla en la entrega, en la donación, en el servicio y el amor a los demás”. Y les propone apoyarse en las Bienaventuranzas, “una preciosa expresión de cómo vivir la alegría del Evangelio con ‘rostros’ y modos diversos que conducen a la felicidad en Cristo”.
La última exhortación del X sucesor de Don Bosco alude a la evangelización, a llevar el tesoro de Jesucristo y la alegría del Evangelio a los amigos, las familias y otros entornos vitales: “Verán que, si esa alegría que tienen en su corazón viene de Dios, se hará realmente contagiosa, bellamente contagiosa porque genera vida”.
Hacia el final de su mensaje Don Ángel recuerda cómo Domingo Savio encontró en la alegría la senda de la santidad, cómo la Virgen María se alegraba en su Salvador y cómo Don Bosco exhortaba a vivir la alegría temporal y eterna. Testimonios que deben conducir a preguntarse, como expresa el Rector Mayor: “¿Qué alegría es la que hoy resuena en tu corazón, mi querido joven?”.
Por Manuel Serrano
Fuente: salesianos.info